viernes, 11 de enero de 2013

Reflexiones y sentimientos


Sembraré una sonrisa para que haya más alegría. Procurando guardar un poco de aquella inocencia, esa que de niña me hizo ver el mundo lleno de magia y amor, esa inocencia en lo que todo es posible, en la que el mundo de las hadas y los duendes cobran protagonismo, donde los malos, no son tan malos. Ahora, cuando la vida me ha cobrado años, busco en mi interior, y encuentro aquella pequeña en un rincón de mi corazón, pidiendo auxilio pues en muchas ocasiones, la dejo encerrada castigada, sin preocuparme,que de vez en cuando tiene que salir a jugar
La mañana se va llenando de una carrera que marca las prisas, la multitud de gente me recuerda que marchan hacia sus tareas diarias. Esperando en la parada del autobús con mis ñajos, me he dado cuenta que muchos nos son felices y siempre van con la misma aptitud resignados, porque no tienen otra solución, van pensativos y con la vista perdida en la lejanía.
Las calles se llenan de estudiantes, trabajadores y gente desempleada que se afanan por llegar al lugar esperado, la prisa se contagia y también el nerviosismo de los coches, pitando nerviosos pues van a llegar tarde a su destino, tanta es la prisa que el tiempo no es suficiente para detenernos a mirar el interior del ser humano que nos rodea, ese interior que pide a voz en grito un poco de calma, un poco más de racionalidad, nuestros ojos se conforman con fijarse en el exterior solamente, así nos va todo nos estamos volviendo muy superficiales, el amor se ha convertido en sexo y lo más importante la llama que mantiene ese fuego lo hemos matado entre todos.
Comentamos el gesto huraño de alguien que pasa farfullando cosas sin buscar la causa que lo provocó y transcurre el día y no hemos mirado el interior del amigo que nos acompaña diariamente, si nos necesita cuando le vemos que esta triste y lleva días sin sonreír.
Deberíamos jugar a descubrir lo hermoso de la gente, la bondad de su interior, cada ser humano tiene un pedazo de Dios dentro, solo es necesario saber buscarlo bien, pues a veces está muy escondido.
¡Es lo que debería llamar nuestra atención diaria!
En lugar de ver el gesto agrio de alguien, entendamos el valor que tiene para resistir las tensiones provocadas por situaciones que no conocemos, estamos viviendo en un mundo donde se están perdiendo los valores de lo cotidiano, pararte con tu vecino, o con el tendero, yo me acuerdo cuando iba a comprar con mi madre, se conocía a todo el mercado, ahora cuando voy a comprar, al supermercado, me conozco el nombre porque tiene una tarjetita que lo indica, pero no porque la conozca de hace tiempo.
Todos los días son buenos para comenzar a descubrir sonrisas hermosas manos hábiles, actos valiosos, espíritus valientes, luchadores incansables y dispuestos para cambiar el mundo, cada ser humano tiene un valor especial, posee un don divino que recibe al nacer y que si se descubre, puede utilizarlo para su beneficio y para el de los que le rodean.
Hagamos un alto en nuestra prisa diaria, miremos el interior de nuestros semejantes y aprendamos a valorarlos por lo que son y no por lo que quisiéramos que fueran.

Yo al menos he procurado guardar un poco de aquella inocencia.

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2 comentarios:

José Valle Valdés dijo...

De muy buen gusto, amiga.

Beso

Eterno amanecer dijo...

Muchas gracias José un placer tu visita y espero que tengas un hermoso y tranquilo fin de semana.